El pasado domingo 9, coincidentemente con la Fiesta de la Dedicación de nuestra Iglesia Catedral, el obispo electo, monseñor Ernesto Giobando sj., presidió la Eucaristía en ese templo y realizó el “envío” de Verónica Rubí, misionera laica de nuestra diócesis que luego de un tiempo de descanso junto a su familia regresa a la misión que lleva adelante en el Vicariato San José del Amazonas (Perú).
Si bien hace un año que Verónica comenzó su misión en ese lugar, la Amazonia es su hogar desde hace mucho más, ya que previamente misionaba junto a la familia Marista a pocos kilómetros de su actual destino, aunque en ese caso en territorio de Brasil, junto a la comunidad Ticuna. Hoy como misionera de nuestra diócesis regresa con renovado entusiasmo su apostolado, que abarca no solo la catequesis sino también una ardua labor en pos de la promoción de la dignidad humana.
Monseñor Giobando pidió “rezar por Verónica para sostenerla en esta misión de llevar la Palabra de Dios y de escuchar las distintas realidades, que es lo que han hecho los misioneros en estas tierras.” Al respecto comentó que en un reciente encuentro con la misionera “me vino a la memoria el libro de un jesuita llamado ‘La tierra sin mal’ que habla sobre un mito que los misioneros de aquel tiempo descubrieron en su encuentro con los guaraníes: ellos buscaban ‘la tierra sin mal’, es decir la inmortalidad, el Reino de los Cielos, y allí se produjo siglos atrás la primera evangelización.”
Al finalizar la celebración el Obispo realizó la misión de envío misionero y le dio la bendición, a la vez que Verónica compartió un breve testimonio y agradeció el acompañamiento de nuestra diócesis.


