Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!».
Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.