El pasado sábado 2 de noviembre la Iglesia celebra la Conmemoración de los Fieles Difuntos, día en el que se reza por las almas de quienes partieron a la casa del Padre. En nuestra diócesis, además de las Misas en las Parroquias y Capillas, se celebraron Misas en tres cementerios de Mar del Plata y en los de las localidades del interior. Allí familiares y demás deudos de los difuntos pudieron elevar sus oraciones por sus seres queridos y fortalecer su fe con la Palabra de Dios y la Eucaristía.
El administrador apostólico, monseñor Ernesto Giobando sj. presidió la Santa Misa a las 15 horas en el Cementerio Parque Municipal, donde fue acompañado por el padre Héctor Díaz y algunos integrantes de la Pastoral del Duelo.
Previamente, el viernes 1, monseñor Giobando presidió en Villa Gesell una Misa en la que se rezó especialmente por las víctimas del derrumbe de un hotel en esa localidad. La misma fue concelebrada por el párroco de Inmaculada Concepción, presbítero Pablo Bosisio.
“Cuando una persona está atravesando un dolor lo que podemos hacer es acercarnos para que ese dolor no sea lo último y definitivo sino que pueda germinar la esperanza a la que estamos llamados”, destacó en su homilía el Administrador Apostólico.
Y concluyó encomendando la difícil situación “a la Santísima Virgen, que sabe lo que es tener un corazón atravesado por el dolor y las lágrimas cuando su Hijo moría en la cruz, que nos dé la gracia de poder sobrellevar las dificultades y dolores de esta vida.”