Institucional

Reducción del Pilar

Mar del Plata es hoy un gran centro de actividades turísticas y de intensa vida permanente, verdadero rumbo cierto de la voluntad colectiva de los argentinos. Pero tiene legítimo orgullo de su historia y la recuerda con sugestionadora complacencia. Abriendo el antiguo cofre de recuerdos, vamos a destacar un acontecimiento memorable que inicia la cronología de la civilización en esta zona Sud-este de la provincia de Buenos Aires: la evangelización de los indios en la región de Mar del Plata.

Una sencilla Cruz presidió la admirable obra de catequización de los jesuítas quienes, venciendo dificultades de toda naturaleza, desarrollaron en este puesto de avanzada de la civilización en territorio dominado por los indios, una labor de extraordinarias proyecciones.

Los pampas y serranos depusieron sus armas teñidas de rojo agrupando sus tolderías en esa Reducción de Nuestra Señora del Pilar, a cuyo frente actuaron los RR. PP. Cardiel, Falkner y Strobel. Así surgió la primera población cristiana entre las inmensidades azul del Atlántico y verde de la pampa.

En rústico sagrario aprendieron los naturales lo que es la síntesis de toda la teología, el Catecismo, que tiene sus raíces en la naturaleza humana y en la esencia divina, porque es la fórmula natural y sobrenatural de las mutuas relaciones entre Dios y el hombre.

El prólogo de la fundación de Mar de Plata se desarrolló en esa Misión católica y tuvo profundo acento de pacífica gesta, al conjuro de la palabra rectora de Jesuítas que predicaron entre los aborígene de igualdad de los destinos del hombre, con el propósito de preparar amaneceres más claros para la civilización, inspirados en los principios del Sermón de la Montaña.

La misión de fundar la reducción del Pilar en las inmediaciones del Volcán (Balcarce) fue encomendada al Padre José Cardiel quien se trasladó al lugar en compañía del Padre Tomás Falkner. El lugar dista 70 leguas de Buenos Aires y allí encontraron a fines de agosto de 1746 como 300 indios que «mostraron gusto de que los formáramos pueblo, aunque algunos se mostraban adversos a la cristiandad». como afirma el Padre Cardiel en un informe. Cardiel era español, fervoroso. Falkner, inglés y flemático, pero ambos nacidos para lo heroico y difícil. El nombre de la Reducción le fue impuesto por traer el Padre Cardiel una estampa de Nuestra Señora del Pilar.

La Reducción del Pilar se levantó a orillas de la Laguna «Las Cabrillas» denominada en la actualidad «Laguna de los Padres».

Los campos de la Reducción se extendían hasta el Atlántico entre los arroyos «La Tapera» y «Del Barco», o sea el perímetro actual de Mar del Plata.

La Reducción ofrecía a los naturales campo propicio para el trabajo placentero e intervención en la organización administrativa y policial.

Además del Catecismo, en charlas sencillas se destacaban las ventajas de vivir en determinados lugares, en comunidad, sujetándose a las leyes cristianas de respeto por todos, lo que hacía posible la mejor atención de los enfermos, la distribución de provisiones y el aprovechamiento del aprendizaje de labores manuales y de cultivos. Los exhortaban asimismo a la obediencia para con el rey y a sus representantes, tratando de apartarlos del camino del saqueo, del robo y del consumo de bebidas alcohólicas.

Entre las actividades laborales figuraba el cultivo del trigo, siendo esta población la pionera en esta materia en el sud-este de la provincia.

El cacique Felipe Yahati que se había retirado de la Reducción de la Concepción, a orillas del Río Salado, fue hecho prisionero en el pago de Luján y sentenciado a muerte por reiterados robos. Los Padres Jesuitas de Buenos Aires lograron su libertad y se incorporó a la Reducción del Pilar, que con ese contingente, los Tehuelches y otras tribus, reunió a unas mil doscientas almas.

Se gestionó entonces ante el gobierno de la provincia la categoría de Pueblo, lo que implicaba contar con Cabildo, organización administrativa y policial, semejante a la que en tiempo de la colonia regía para las comunas.

El 1° de enero de 1751 quedó constituido el Cabildo del Pueblo. El acta del primer comicio realizado en esta zona se encuentra en la Biblioteca Nacional, siendo un documento de gran valor histórico y muy poco conocido.

Esta magnífica organización comunal se vio malograda poco después por la amenaza de destrucción de la propia reducción por parte del cacique Cangapol, conocido por los españoles como el «cacique bravo», de estatura hercúlea, altanero, gran cacique de los Puelches y Pampas, desde el límite del Río Salado hasta Río Negro.

El pedido de soldados formulado al gobernador el 31 de junio de 1751 conforme a disposiciones reales para la defensa de las reducciones de indios no fue tomado en cuenta y el 1 de septiembre de ese año los misioneros y parte de los indios de la Reducción emprendieron la retirada hacia la reducción de la Concepción. Finalizó así un notable esfuerzo civilizador, que pudo tener proyecciones insospechadas sobre la marcha de la nación, anticipando la conquista pacífica del desierto, que se vio dilatada por más de un siglo, demandando ingentes recursos y sangrientas luchas.

El primer Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires reunido en La Plata el 28 de septiembre de 1950 declaró LUGAR HISTORICO al paraje donde había sido habilitada la Reducción de Nuestra Señora del Pilar, a moción del delegado comunal marplatense, destacado historiador Escribano Don Julio César Gascón. Por resolución municipal se levantó allí mismo, a orillas de la Laguna de los Padres, la réplica de la Capilla y de tres ranchos, con muros de piedra y cercos de palo a pique, contándose con el valioso y desinteresado asesoramiento del prestigioso escritor argentino R.P. Dr. Guillermo Furlong Cardiff S.J. uno de los grandes valores de la Iglesia de nuestra patria, que no abandonó la investigación histórica hasta el día de su lamentada desaparición.

Visite la web de la Reducción Jesuítica de Nuestra Señora del Pilar www.reducciondelpilar.com.ar