El obispo diocesano, monseñor Ernesto Giobando sj. presidió este jueves santo la “Misa de la Cena del Señor” en la Iglesia Catedral, en la que realizó el tradicional gesto del lavatorio de pies, repitiendo lo realizado por Jesús en la última cena.

En su homilía, el prelado explicó que “el mandamiento del amor queda instituido en torno a la Eucaristía porque sin este alimento es muy difícil amar hasta el final”, y puntualizó que “cuando los esposos comulgan juntos están nutriendo su amor y su alianza y cuando los sacerdotes comulgamos nos unimos a Cristo que nos ha elegido para ser presencia suya en el mundo.”

“Sin la Eucaristía no hay Iglesia, ni comunidad, ni misión, y es por eso que en esta Misa no solo recordamos sino que somos invitados a vivir nuestra dimensión cristiana particularmente en un aspecto especial que es la comunión”, afirmó, y exhortó a que “cuando tomemos el Cuerpo de Cristo hagamos un acto de comunión con Cristo y con la comunidad.”

Refiriéndose al rito que siguió a continuación de la homilía, el Obispo manifestó que “se trata de un gesto de humildad, sin la cual no hay comunión posible” y pidió que “como argentinos busquemos ser más humildes, bajar las tensiones, ponernos al servicio de los demás.”

Finalmente, recordó una expresión del segundo obispo de la diócesis, el beato Eduardo Francisco Pironio: “Iglesia de comunión con una comunión que se vea reflejada en la oración, en el servicio, y en la entrega generosa a los demás.”