El pasado domingo 13 la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, de Sierra de los Padres, honró a su Patrona con una procesión y una Misa. El administrador apostólico, monseñor Ernesto Giobando sj, se hizo presente y presidió la celebración junto al párroco de la comunidad, presbítero Enrique Pio.
El punto de partida fue en la sede de los Bomberos Voluntarios de Sierra de los Padres, desde donde salió la procesión encabezada por la imagen de la Virgen del Pilar y acompañada por gran número de fieles. Allí monseñor Giobando impartió la bendición y dirigió un breve mensaje. Seguidamente recorrieron distintos puntos de esa jurisdicción parroquial, hasta llegar al templo parroquial, donde tuvo lugar la Santa Misa.
Al comenzar la celebración, el Administrador Apostólico expresó su agradecimiento a Dios “por la obra evangelizadora de los primeros jesuitas en estas tierras, que trajeron la devoción a la Madre de Dios, que hoy honramos como Nuestra Señora del Pilar”, y agregó que “María está bien apoyada sobre el pilar que es su Hijo: así la encuentra el apóstol Santiago, sobre un pilar, y dio al pueblo español un carácter indeleble que es el cariñoso amor a la Virgen, que los misioneros transmitieron a esta tierra.”
“Con el correr del tiempo llegaron inmigrantes que traen estos genes que ‘se activan’ de un modo especial cada 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar y día en que Cristóbal Colón llegó a estas tierras de América, y junto con él también la fe cristiana, que fue un dialogo con las culturas que estaban, un descubrir también los valores de estos pueblos, un compartir lo mejor que cada pueblo tiene”, agregó, y prosiguió “por eso damos gracias por estos orígenes que hoy evocamos para seguir adelante en nuestra Patria que necesita diálogo y necesita encuentro.”
Finalmente comentando el Evangelio del día, el Obispo explicó que “siempre hay algo de lo que nos cuesta desprendernos, sin detenernos pensando ‘¿a quién se lo doy?’ o ‘ya habrá alguien que ayudará’. Jesús dice ‘dáselo a los pobres’, y en otro pasaje, en el Evangelio según San Mateo dice ‘cada vez que diste de comer al más pequeño de mis hermanos a mí me lo hiciste.”
“La fe se juega cuando somos capaces de entregar lo que tenemos y lo que somos. Hay vocaciones particulares en la Iglesia en la cual algunas personas sienten un llamado especial que implica dejar todo, o utilizar las cosas en cuanto que sirven para el fin que es amar a Dios y evangelizar. Pero todos debemos tener el deseo de vivir la primera bienaventuranza: ‘felices los pobres de corazón’. ¡Es para todos, es imitar el corazón de Jesús”, concluyó.
A continuación de la Misa, miembros de la Colectividad Aragonesa ofrecieron diversos números propios de su cultura, tanto de danza como de canto, dando un marco especial a la celebración.